¨Cuando nada de grave pasa, empezamos por el café¨. Al decir esta frase el guardia urbano Tony García no sabía lo que estaba para ocurrir. Sin embargo no tardó a enterarse. Algunos minutos después el coche 833, que iba tranquilamente hacia al barrio de Sant Martí, tuvo que cambiar su ruta y seguir en dirección a los informes de la central de la policía. ¨Un accidente de tráfico en Poble Nou. Nos ha tocado a nosotros, ¡vámonos!¨ completa el cabo Andres Pascual, parte del cuerpo de la Guardia Urbana desde hace 17 años, que oía atentamente las coordenadas del local a través de su radio.
El incidente apenas había sucedido. El humo aún rodeaba los tres coches que formabanparte de la colisión. Pascual y García se aproximaran rápidamente a la joven aturdida que acababa de salir de dentro de uno de los coches golpeados. Sin embargo, las primeras palabras que pronunció la niña a la pareja de la policía fueron: ¨¿Y a ti, que te importa?¨.
¨Debe estar confundida con la fuerza del golpe, creo que no se ha dado cuenta de lo que ha pasado¨, explica el guardia Andreas al cuerpo de bomberos y a la emergencia que acababan de llegar. Mas las frases agresivas y cada vez más incoherentes continuaban a salir casi que involuntariamente de la boca de la muchacha catalana.
Los bomberos no tardaran en realizar su tarea, ya que la gasolina derramada en el suelo podría ocasionar un hecho aún más grave. Algunos minutos después, la Guardia ya había averiguado lo que había pasado. A las 23 horas y 47 minutos el Seat Marbella negro del municipio catalán de Santa Maria de Corcó venia por la calle de Roc Boronat a contramano. Al cruzar la calle Pere IV y a alta velocidad chocó contra un Hyundai Santa Fé plata que a fuerza del impacto golpeó un Citroën C2 que estaba aparcado hacia 15 metros del encuentro. A causa del choque, los dos primeros terminaran por lanzar el tercer coche aparcado varios metros. La versión averiguada por las autoridades presentes era la misma presentada por el conductor del Hyundai, que explicó con detalles lo que se le había pasado.
Sin embargo, la joven que conducía el Seat parecía aún muy irritada. ¨Nos contó que apenas ha acabado de beber dos gins con limón y un cubata. Pero no creo que su problema sea solamente el facto de estar alcoholizada¨, cuenta el cuerpo de emergencia sin precipitarse a dar más detalles a las demás autoridades. La ambulancia salió con la muchacha que hasta el momento no se había concordado a identificarse a la policía. ¨Nos llamarán del hospital en pocos minutos para decirnos sus datos y un diagnóstico más preciso¨, explica el agente García. En 15 minutos la pareja 833 de la Guardia Urbana recibía el telefonema del médico responsable. ¨La Niña tiene esquizofrenia crónica. Estaba con su carnet de conducir, pero el coche es de su madre, que no sabía que ella se lo había cogido hasta ahora¨, repitió en voz alta el cabo Pascual para que todos a su alrededor se enterasen.
¨Seguramente la niña tendrá que pagar una multa y se quedará sin carnet por algún tiempo. También se le harán algunos exámenes a causa de su enfermedad. Así se podrá averiguar se fue la dolencia o el facto de estar alcoholizada que ocasionó tales actitudes¨, explica los dos policiales.
Con el laudo oficial dicho y encerrado, el coche 833 sigue su ruta nocturna. Ahora su destino es el barrio Ciutat Vella, donde fueron avistados algunos ¨lateros¨, como son llamados los muchachos que venden ilegalmente cerveza por las calles de Barcelona. Con la nueva dirección trazada, El cabo Pascual y el agente García comienzan más una historia por la madrugada de lunes. ¿Hasta qué horas se quedaran por las ruidosas calles del centro de la capital catalán? ¨Hasta que deje de ser madrugada¨, contesta la pareja con una sonrisa.
El incidente apenas había sucedido. El humo aún rodeaba los tres coches que formabanparte de la colisión. Pascual y García se aproximaran rápidamente a la joven aturdida que acababa de salir de dentro de uno de los coches golpeados. Sin embargo, las primeras palabras que pronunció la niña a la pareja de la policía fueron: ¨¿Y a ti, que te importa?¨.
¨Debe estar confundida con la fuerza del golpe, creo que no se ha dado cuenta de lo que ha pasado¨, explica el guardia Andreas al cuerpo de bomberos y a la emergencia que acababan de llegar. Mas las frases agresivas y cada vez más incoherentes continuaban a salir casi que involuntariamente de la boca de la muchacha catalana.
Los bomberos no tardaran en realizar su tarea, ya que la gasolina derramada en el suelo podría ocasionar un hecho aún más grave. Algunos minutos después, la Guardia ya había averiguado lo que había pasado. A las 23 horas y 47 minutos el Seat Marbella negro del municipio catalán de Santa Maria de Corcó venia por la calle de Roc Boronat a contramano. Al cruzar la calle Pere IV y a alta velocidad chocó contra un Hyundai Santa Fé plata que a fuerza del impacto golpeó un Citroën C2 que estaba aparcado hacia 15 metros del encuentro. A causa del choque, los dos primeros terminaran por lanzar el tercer coche aparcado varios metros. La versión averiguada por las autoridades presentes era la misma presentada por el conductor del Hyundai, que explicó con detalles lo que se le había pasado.
Sin embargo, la joven que conducía el Seat parecía aún muy irritada. ¨Nos contó que apenas ha acabado de beber dos gins con limón y un cubata. Pero no creo que su problema sea solamente el facto de estar alcoholizada¨, cuenta el cuerpo de emergencia sin precipitarse a dar más detalles a las demás autoridades. La ambulancia salió con la muchacha que hasta el momento no se había concordado a identificarse a la policía. ¨Nos llamarán del hospital en pocos minutos para decirnos sus datos y un diagnóstico más preciso¨, explica el agente García. En 15 minutos la pareja 833 de la Guardia Urbana recibía el telefonema del médico responsable. ¨La Niña tiene esquizofrenia crónica. Estaba con su carnet de conducir, pero el coche es de su madre, que no sabía que ella se lo había cogido hasta ahora¨, repitió en voz alta el cabo Pascual para que todos a su alrededor se enterasen.
¨Seguramente la niña tendrá que pagar una multa y se quedará sin carnet por algún tiempo. También se le harán algunos exámenes a causa de su enfermedad. Así se podrá averiguar se fue la dolencia o el facto de estar alcoholizada que ocasionó tales actitudes¨, explica los dos policiales.
Con el laudo oficial dicho y encerrado, el coche 833 sigue su ruta nocturna. Ahora su destino es el barrio Ciutat Vella, donde fueron avistados algunos ¨lateros¨, como son llamados los muchachos que venden ilegalmente cerveza por las calles de Barcelona. Con la nueva dirección trazada, El cabo Pascual y el agente García comienzan más una historia por la madrugada de lunes. ¿Hasta qué horas se quedaran por las ruidosas calles del centro de la capital catalán? ¨Hasta que deje de ser madrugada¨, contesta la pareja con una sonrisa.
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